Y vuelvo a creer que nada es suficiente,
escuchando
esa voz de madrugada que me tienta
a
llegar con prisa a lugares vacíos,
creando caminos que no puedo caminar,
recorriendo
fronteras que no tienen límite,
Dejé
de lado todo aquello que era eterno y nunca duró nada,
y
creí que estar muerta era empezar a crecer.
Luego
vi, que lo eterno es lo que dura una mirada,
y
solo así, pude vivir creciendo.
Pensé,
y ahí surgió la duda, pensé aún más, y la acabe creyendo.
Desde
hace años no cambié de estación,
y
puede que toda esta vida siga siendo invierno.
Sigo
frente a todos los sitios donde busqué lo que todavía no he
encontrado,
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