miércoles, 11 de marzo de 2015

Esta vez no es sinónimo de invierno.

Estoy dispuesta a llevar conmigo dos atardeceres, por si amanezco a tu lado, no quiero dejar de escuchar tu voz y no habértelos dado. Acción, reacción. Y reaccioné con la acción del pasado. Alargando el encuentro, atando cuerdas de papel a los aviones que nunca han volado. Me deslizo entre todas esas ideas que se desvanecen si avanzo por el suelo, evitando el humo del incendio. Ese paso cruzando los caminos cuando suena un "quédate" Y no le doy más importancia de la que tienen a todas las camisas viejas que guardo en el fondo del armario... Siguen ahí esperando temporadas en las que no tengo nada mejor que ponerme y suelo volver a lo seguro. Con los años comienzan las modas pasadas, y con ello, juego a atraer la tendencia de no innovar para mantener a salvo todas mis posturas, donde me esperan los zapatos colgados en el pomo de la puerta. Donde creo que todo va mejor así, aunque ande sin suelas y no cambie de acorde. Y es que verás, me prestaron una mirada que no era de mi talla, todo lo que vi desde la infancia me quedó grande. Ahora que voy buscando un tercer plano y no manejo el enfoque.. Acércate, estoy despierta aunque convierta en silencio todos los bailes. Escucha, aunque no hable desde mi boca. A pesar de las historias que terminaron en su comienzo, esta vez no es sinónimo de invierno. Suspira y recita, no pidas nada más, es efímero y eterno.

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